Al salir de la metrópolis de color pastel de Oporto, aventúrese a través de la encantadora campiña. Los viñedos en terrazas se elevan desde las orillas del río, los monumentos históricos salpican horizontes lejanos y los encantadores pueblos se esconden en las laderas rurales.
Salamanca brilla tanto de día como de noche y las experiencias de piragüismo en Pocinho brindan una nueva perspectiva sobre el Duero.